La sala estaba medio llena, un espacio grande con espectadores entregados, ansiosos por disfrutar de la experiencia cinematográfica. La película "Mikaela", dirigida por Daniel Calpasorro, fue una propuesta interesante que cumplió con las expectativas del público. Los espectadores, que esperaban con entusiasmo la actuación de Antonio Resines, el actor protagonista, quedaron satisfechos con su interpretación y con la película en general.
La historia de "Mikaela" parte de una premisa interesante: un atraco que se desarrolla en medio de un gran atasco de tráfico, propiciado por una intensa nevada. Sin embargo, aunque la idea base es prometedora, el desarrollo de la trama no me convenció. La narrativa, en ocasiones, forzada y predecible, le resta intensidad a la historia
Me gusto:
- El trabajo de la dirección artística. La recreación del atasco, con una gran nevada como telón de fondo, es visualmente impresionante y muy verosímil. La atención al detalle en la escenografía, el vestuario y el diseño de atrezo es notable, recrea un espacio veraz que sumerge al espectador en la acción. Pilar Revuelta es responsable del diseño artístico.
- La planificación de la película. La variedad de planos utilizados, desde los detalles cercanos hasta los planos generales, muestra una dirección experimentada y creativa. La rica variedad de los encuadres (desde los planos generales del atasco hasta los planos detalle del rostro del actor protagonista) subrayan las emociones escritas en el guion.
- La actuación de Antonio Resines. Es uno de los puntos fuertes de la película. Aunque siempre reconocible en su estilo, Resines compone un personaje muy creíble y carismático, aportando una profundidad emocional que enriquece la historia. Su interpretación mantiene al espectador comprometido con su viaje.
No me gustó:
- El guion. Las familias perfectas, los enamorados que se unen sin un desarrollo adecuado y los villanos rusos estereotipados hacen que la historia esté llena de tópicos y clichés, blandos y sensibleros. Estos elementos debilitan la narrativa, haciéndola sosa y melodramática en muchos momentos.
Alguien deberá recordar aquí que los grandes héroes del cine se quedaban fuera de casa, eran hombres valientes a los que se les privaba de la paz del hogar. Como, por ejemplo, Ethan en "Centauros del desierto" de John Ford, el centauro buscador era una figura trágica a la que se le negaba, como final, la entrada al hogar.
En resumen, "Mikaela" me hizo pasar un rato entretenido, con un buen ritmo, sorpresas y acción que me mantuvieron interesado. No obstante, los resultados finales me parecieron previsibles: el ruso con cicatriz muere y todos los personajes relevantes se reúnen al calor de la familia o de un amor perfecto. Esta conclusión resta originalidad y fuerza a la historia, por lo que abandoné la sala con la cabeza sosa y blanda.
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