8 de febrero de 2025

El virus del dinero blanquea tus dientes


Éramos muy pocos en la sala, lo que le quitó algo de fuerza a la proyección.
La película, La fiebre de los ricos, dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia se presenta como una metáfora acerca de la sociedad y los dueños del dinero. La premisa de que uno enferma en proporción a la cantidad de riqueza que posee es, de entrada, un cuento divertido y provocador. Esos dientes perfectos, "blancos, blanquísimos", son un acertado símbolo de la contagiosa enfermedad de los ricos.
La película plantea una oposición interesante: la búsqueda de dinero a cualquier precio versus la experiencia vital en la que el dinero no es la única moneda de cambio. 

Me gusto:
  • La idea de partida del guion: enfermar por la acumulación de riqueza, es original y atractiva. Guionistas: Pedro Rivero Aurre, Galder Gaztelu-Urrutia Munitxa, Sam Steiner y David Desola.
  • La travesía inversa. Pasé un rato entretenido viviendo el recorrido inverso al que llevan a cabo los migrantes del sur. Realizar la travesía desde la civilización europea hacia una vida más primitiva en tierras africanas.
  • Un casting, muy acertado, que permite que la historia se entienda con naturalidad. Los actores, no tipificados por la industria, transmiten emociones y hacen que la trama se sienta más cercana y real.
  • La postproducción y efectos especiales: el trabajo del equipo de efectos especiales es notable. Me permitió transitar por entornos variados, desde el frío polar hasta las calurosas playas ecuatoriales, pasando por el clima continental europeo. El trabajo visual ha sido clave para sumergirme en la diversidad del viaje. La variedad de los escenarios construidos, desde las habitaciones de diseño de clase alta hasta las chabolas de los campos de refugiados, hicieron más emocionante el relato.
No me gustó:
  • Desarrollo de la historia: Sin embargo, debo admitir que la película, para mí, se queda un poco cortale falta algo de desarrollo. Hay aspectos que no acabo de entender del todo, como el personaje del marido enfermo, un papel importante, pero no se desarrolla adecuadamente. Esto me dejó con algunas preguntas sin respuesta y una rara sensación.
Sales del cine, con la cabeza un poco descolocada. La película me propuso un viaje inverso al que todos los días se describe en los telediarios. Los protagonistas salen de Barcelona, navegan el Mediterráneo en patera, hacen escala en Lampedusa, arriban las costas de Argelia, cruzan las arenas del desierto y acaban su recorrido en una comuna frente al mar. 
En definitiva, fue una experiencia cinematográfica que, aunque con sus fallos, me atrapó, me divirtió, y me movió a pensar un poco. 


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