Para ser espectador de una conversación enriquecedora me acerco al vídeo: "¿Quién decide la verdad?", con Antonio Escohotado y Marta Peirano. Los dos dialogantes son inteligentes, dos personas con cosas que decir, cuando termino el visionado, me queda una sensación de vacío. Y no es porque no bebo colonia, como dice un comentario en YouTube.
El contenido es interesante, entre sus reflexiones me quedo con estas:
- La importancia que da la curiosidad, y al atender todo lo que no sea el propio ombligo.
- Las referencias a la necesidad de estudiar para el ser humano que aparece en varios momentos del diálogo. Por ejemplo, cuando se propone el estudio como camino para que el periodista se aproxime a la verdad
- Las denuncias a Jaume Roures como controlador de contenidos mediáticos, que, según Escohotado, parece estar a la altura de Cebrián y Pedrojota.
Siento desasosiego al terminar el visionado y culpo de él a la realización. Recapacito sobre ello: el contenido es el que es y las formas estéticas no ayudan a disfrutarlo. Cosas de la realización con las que no estoy de acuerdo:
- La postura de los personajes: Que un personaje se deje caer en su silla y el otro se siente de forma rígida, lo que propicia una inestabilidad visual que no ayuda a centrarse en la conversación.
- La composición de algunos planos. Los planos tienen que componer obligados por este desarreglo y propician excesiva descompensación dentro del cuadro.
- La altura de la cámara sufre con este desequilibrio y crea problemas de composición, aire sin sentido en los encuadres.
- La puesta en escena es un poco pobre, aunque permite al producto que paga estar en el fondo, aunque no quede claro lo que aporta en la búsqueda de la verdad.
- Positiva la luz difusa, casi cenital, propicia un entorno positivo para la escucha.
La planificación clásica es la base de la realización de una conversación. La estructura sencilla y funcional de un diálogo televisivo tiene los siguientes pasos:
- Identificar el eje de la acción entre dos personas que hablan y, con este eje claro,
- situar tres cámaras; una para el plano general y las otras dos, una para cada persona.
- Concretar la altura de las cámaras, teniendo como referencia la mirada de los personajes.
- Seleccionar los encuadres y dar ritmo a los cambios de plano durante el tiempo de la conversación.
Para tener más control sobre la conversación que se graba es imprescindible colocar las sillas en el eje imaginario y condicionar forma de sentarse de los invitados.
Mantener un equilibrio en la planificación visual permite al espectador ser participe de la charla y disfrutar el intercambio de ideas sin tomar partido visual por ninguno de los dos dialogantes. En definitiva, le acerca un poco a la verdad.
Programas que recomiendo y en los que queda clara esta estructura:

- My Next Guest Needs No Introduction | Netflix
- Conversaciones sobre el futuro: Pep Guardiola y Fernando Trueba. Banco de Sabadell,

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