21 de agosto de 2019

La verdad está en la imagen



Para ser espectador de una conversación enriquecedora me acerco al vídeo: "¿Quién decide la verdad?", con Antonio Escohotado y Marta Peirano. Los dos dialogantes son inteligentes, dos personas con cosas que decir, cuando termino el visionado, me queda una sensación de vacío. Y no es porque no bebo colonia, como dice un comentario en YouTube.

El contenido es interesante, entre sus reflexiones me quedo con estas:
  • La importancia que da la curiosidad, y al atender todo lo que no sea el propio ombligo.
  • Las referencias a la necesidad de estudiar para el ser humano que aparece en varios momentos del diálogo. Por ejemplo, cuando se propone el estudio como camino para que el periodista se aproxime a la verdad 
  • Las denuncias a Jaume Roures como controlador de contenidos mediáticos, que, según Escohotado, parece estar a la altura de Cebrián y Pedrojota.

Siento desasosiego  al terminar el visionado y culpo de él a la realizaciónRecapacito sobre ello: el contenido es el que es y las formas estéticas no ayudan a disfrutarlo. Cosas de la realización con las que no estoy de acuerdo:

  • La postura de los personajes: Que un personaje se deje caer en su silla y el otro se siente de forma rígida, lo que propicia una inestabilidad visual que no ayuda a centrarse en la conversación.
  • La composición de algunos planos. Los planos tienen que componer obligados por este desarreglo y propician excesiva descompensación dentro del cuadro.
  • La altura de la cámara sufre con este desequilibrio y crea problemas de composición, aire sin sentido en los encuadres.
  • La puesta en escena es un poco pobre, aunque permite al producto que paga estar en el fondo, aunque no quede claro lo que aporta en la búsqueda de la verdad.
  • Positiva la luz difusa, casi cenital, propicia un entorno positivo para la escucha. 

La planificación clásica es la base de la realización de una conversaciónLa estructura sencilla y funcional de un diálogo televisivo tiene los siguientes pasos: 
  • Identificar el eje de la acción entre dos personas que hablan y, con este eje claro,
  • situar tres cámaras; una para el plano general y las otras dos, una para cada persona. 
  • Concretar la altura de las cámaras, teniendo como referencia la mirada de los personajes.
  • Seleccionar los encuadres y dar ritmo a los cambios de plano durante el tiempo de la conversación.
Para tener más control sobre la conversación que se graba es imprescindible colocar las sillas en el eje imaginario y condicionar forma de sentarse de los invitados.

Mantener un equilibrio en la planificación visual permite al espectador ser participe de la charla y disfrutar el intercambio de ideas sin tomar partido visual por ninguno de los dos dialogantes. En definitiva, le acerca un poco a la verdad.

Programas que recomiendo y en los que queda clara esta estructura:

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