Los últimos fines de semana, paso de canal en canal y no me gusta ninguno. Cuando llevo un rato dando vueltas por las emisiones de televisión en abierto, me paro en Cuatro y veo con interés Volando Voy. Llevo varios domingos gratamente sorprendido con el programa de Jesus Calleja.
Me siento cómodo viendo como Jesús me muestra, a vista de pájaro, un entorno geográfico singular. Y, como, a píe de tierra interactúa, de forma sencilla, con los habitantes de la zona.
Utiliza un lenguaje coloquial, que comunica con veracidad y acierto las inquietudes de los pueblos a los que se acerca. Su personalidad, su forma de ser y estar delante de la cámara genera empatía con la gente de los pueblos que visita y con los espectadores que le ven en pantalla.
Volando Voy producido por su empresa Zanscar Producciones dispone de los medios técnicos adecuados.
Zanskar ha invertido en drones, en objetivos fotográficos para el rodaje de vídeo, en cámaras geoestabilizadas. Con el objetivo de realizar un programa de calidad.
El helicóptero es el elemento conductor. Yo voy en el mío y las imágenes con las que mostramos los lugares y las de mi Robinson 44 las tomamos desde otro que me sigue y que lleva tecnología Cineflex, que son unas cámaras que van en giroscopios, con lo que, haga lo que haga, en el helicóptero no hay vibración, y el efecto visual es mágico.
Utiliza todo tipo de cámaras y accesorios, yo he contado cinco cámaras (helicóptero, drones, GoPro, etc.). Según los créditos en algunos programas cuenta con el apoyo de las instituciones cercanas a los espacios geográficos que visita.
En cada programa de Volando Voy al final de la grabación hace una gran fiesta en el municipio en el que realiza el programa. En un espacio Jesús público explica las imágenes más significativas del programa a los habitantes de la zona.
Este apartado es el más flojo de realización, desde mi punto de vista. En el montaje definitivo, el que vemos en casa, las escuchas (encuadres y personajes) se repiten mucho. Y la colocación de las cámaras no me convence.
Me suena el formato pero no logro tener claro si es copiada o comprada la idea del programa. Los de Zanskar dicen que este formato es original, y me parece alegra, con tanto formato pagando patentes a multinacionales llenando nuestras pantallas siempre es de agradecer dejar derechos de autor en casa.
El programa está tan lleno de verdad que cuando llegan los anuncios, recibes un golpe de realidad y te molestan las imágenes sofisticadas y superbellas rodadas por las agencias de publicidad.
Volver a la tarde del domingo, se convierte con Volando Voy en un placentero retorno a mi barrio y a mi pueblo.
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