13 de enero de 2014

La soledad del gobernante



Borgen una serie sobre los entramados del poder y su relación con los medios de comunicación. La primera temporada me ha resultado entretenida, la he visto con interés. "Borgen" es el término coloquial con el que se conoce al castillo de Christiansborg, sede de los tres poderes del estado y oficina del primer ministro en Dinamarca.

Describe el viaje vital que recorre la recién elegida Primera Ministra. Ella parte de un entorno muy humano, dominado por la sencillez del día a día, y termina rodeada por la soledad del poder. La serie comienza cada capítulo con la cita literaria de un reconocido estratega del poder, lo que la convierte en una serie de culto, dudo que tenga al gran público como "target" objetivo.

Recuerda a la serie El ala oeste de la Casa Blanca y a House of Cards, de la primera tiene las referencias directas al equipo de comunicación del máximo mandatario y de la segunda los entramados maquiavélicos de poder que rodean toda la vida de los gobernantes.

El edificio donde se desarrolla el trabajo de la primera ministra es importante en la construcción narrativa de la serie; las paredes, las oficinas, los pasillos. Su presencia impone y condiciona. Las paredes de piedra, los amplios pasillos, los despachos de madera, los cuadros y las mesas gigantes son significativos del poder y localizan con acierto el espacio donde "vive el poder".

Una secuencia que me ha llamado la atención es una entrevista de televisión a la Primera Ministra en la que la dirección de los ejes de las cámaras del programa informativo son los opuestos a los que propone la realización de la serie. Los de la televisión están construidos por el equipo de la cadena para ocultar un parte del rostro de la primera ministra y los que construye el director de la serie muestran el lado oculto, el rostro herido. Es un juego de puntos de vista entretenido de observar. 



La transformación narrativa de la familia de la ministra que muestra la serie es significativa. Pasa de ser un hogar idílico, donde todo es emocionalmente estable, a la descomposición total del entorno familiar. Todo el cambio dramático está marcado por la carrera de gobierno de la madre. 
No puedo por menos de acordarme de las "familias Globomedia" que también han hecho ese recorrido aunque no en el tiempo narrativo de una serie sino en el tiempo social del conjunto de narraciones seriadas que ha hecho la productora. Las historias de Globomedia han pasado del hogar ideal de Médico de familia a la moderna familia de Bienvenidos al Lolita.

Los programadores españoles de lo público, deberían programar estas series europeas (que nos llegan por internet). Podrían crear un programa que se llame "¡qué grandes son las series europeas!" y emitir las mejores series realizadas en la UE. Comentadas por profesionales se podrían rescatar muchas historias de nuestros países vecinos. Es barato y seguro que tendría éxito de audiencia.

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