Seleccionar, Adoptar un punto de vista, Encuadrar, Relacionar unos encuadres con otros, es el trabajo de un realizador. El escritor Antonio Muñoz Molina explica estos conceptos en su artículo en Babelia:Jugadores de cartas.
El encuadre lo es todo: en la pintura, en el cine, en la fotografía, un límite casi siempre rectangular contiene lo que vemos y al mismo tiempo sugiere lo que queda fuera, que equivale a lo que las palabras de un relato no dicen y al tiempo que hay justo antes del principio e inmediatamente después de la música
No es una cuestión estética: necesitamos relatos con principio y fin, y marcos que confinen una dosis limitada de la experiencia para entender el mundo.
El relato, la viñeta, el fotograma, el cuadro, el experimento, enfocan la atención sobre sí mismos, sobre la limpidez y la intensidad de su forma, pero también nos avisan de que hay algo detrás, o por debajo, o más allá del marco; que en realidad ellos no son el mensaje, sino los mensajeros; no la solución del enigma, sino una pista que nos permitirá adentrarnos un poco más en él; no el territorio, sino tan sólo el mapa; una moneda, pero no el tesoro; el capitel de una columna o el trozo de mosaico que delatan la existencia de toda una ciudad sepultada; el residuo de ADN en el que está cifrado el espanto de un crimen.
Muchas veces en las clases hay que definir y redefinir el concepto de encuadre. Esta descripción me sirve y servirá para proponer una exposición adecuada del concepto encuadre. Y también para poner en evidencia como cada uno de nosotros reconstruimos el espacio que queda fuera del encuadre de forma subjetiva. Unos ven en el entorno de una partida de cartas una infamia otros un homenaje.
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