Reflexiones en un entorno que cambia
Lejos de la jarana que habitualmente destilan las protestas en los institutos -nadie acude a clase pero son muy pocos los que se manifiestan por sus reivindicaciones-, los alumnos optaron por una huelga a la japonesa: trabajar más para protestar....La naturaleza de la protesta -había que trabajar más- motivó la colaboración de los profesores, y provocó un menor seguimiento del alumnado, ya que sólo asistieron a las clases vespertinas cuarenta de los cien alumnos que cursan bachillerato en el centro. "No tiene sentido dejar de hacer clases si lo que reclamamos es una mejora en la educación", argumentó un estudiante.El PAÍS. MAIOL ROGER - Alella - 13/12/2008
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