29 de julio de 2024

No te rindas, que la fiesta continúe


La sala con media entrada, los espectadores son de edad avanzada. Tras el tráiler, el silencio se apodera del lugar y la pantalla se funde a negro. Nos encontramos en las calles de Marsella, en un barrio humilde de esta ciudad mediterránea. ''Que la fiesta continúe" la última película de Robert Guédiguian


A los actores ya los conozco, me resultan familiares de otras veces. El grupo de Marsella.
Los personajes van poblando poco a poco la pantalla, me son conocidos, por lo que hacen, por lo que dicen, porque son muy parecidos a los ciudadanos que deambulan por mi pueblo. 
Sus realidades también son las mismas que marcan mi cotidianidad más cercana, tanto en lo social como en lo personal. 
  • En su entorno de barrio: casas que se derrumban, centro de salud bajo mínimos, colegios con deficiencia estructurales, políticos inoperantes. En mi barrio también pasa lo mismo.
  • En sus conflictos psicológicos: cooperación con los migrantes, desasosiego ante la muerte, ilusión con el sexo tardío, maternidad compleja, etc. En las reuniones con mis amigos hablamos de lo mismo.
  • Y sus actitudes, sus respuestas, las mismas: perroflautas soñando con cambiar el mundo, reuniones en la plaza, mitines humildes con altavoces de mano y alguna copa en el bar para sobrellevarlo todo con dignidad.

Me gusta, como no, porque en esta película la calles se parecen a las de mi antiguo barrio de Madrid y porque las concentraciones en la plaza son como las del pueblo en el que llevo viviendo ya muchos años.

En lo cinéfilo.
  • Me ha parecido bien el guion. Es efectivo al transformar una anécdota local en una historia universal que refleja la realidad de muchos barrios europeos.
  • La sinceridad de los actores, unas interpretaciones medidas, sobrias, sin efectismos, muy naturales y creíbles.
  • La puesta en escena, por lo que tiene de buscar y mostrar lo cotidiano: 
    • Los espacios: casas, bares, iglesias, parecen o son decorados naturales.
    • Los figurantes, un trabajo de coordinación muy acertado. Le dan sabor social a la historia.
  • El sonido que siempre acompaña con el ambiente adecuado; dotando de cuerpo y vida a espacios concretos: bares, mercados, ventanas abiertas, etc.
  • No me convenció la planificación de un final de secuencial, uso de grúa (o dron) para mostrar a los amantes bailando, y dejarlos en la lejanía. Porque que me pareció demasiado efectista y contrastó mucho con el equilibrio en la utilización de la cámara en el resto de la película

Guédiguian consigue, con sencillez, embaucarme y transportarme a un barrio de Marsella y donde me siento parte del vecindario. Me reconforta pensar que cuando visite esta ciudad encontraré a estos personajes deambulando por sus calles, compartiendo un vino en cualquier rincón. Sueño con reencontrarlos procurando que el mundo sea más humano y con deseos de  ''Que la fiesta continúe". Compraré entradas para el próximo viaje.

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