21 de diciembre de 2023

La sociedad de la nieve, la fe en el grupo,

He visto La Sociedad de la Nieve, de Juan Antonio Bayona, y me ha parecido un gran trabajo. Una historia basada en el accidente aéreo de los Andes en 1972, en la que un grupo de jóvenes uruguayos y sus acompañantes se ven obligados a sobrevivir en condiciones extremas durante 72 días. La película me gusto, me emocionó, mi lagrimal funcionó en algún momento de la proyección. La sala, con más de media taquilla vendida, enmudeció al terminar la proyección.  A muchos de nosotros, los títulos de crédito finales, nos vinieron bien para suspirar, recomponernos e impostar una postura de falsa dignidad.

Bayona es un gran capitán que dirige con acierto el equipo de trabajo que ha realizado esta película. Es contador de historias que sabe conmover y emocionar a los espectadores. No podemos olvidar que tiene grandes maestros como referentes. (Se puede ver su admiración por Narciso Ibáñez Serrador en esta entrevista en un programa de Buenafuente). También tiene una excelente relación con la factoría de Spielberg.

La estructura narrativa, perfecta: empieza con una presentación de los protagonistas, en la que su vida de anuncio: ideal y feliz, un nudo en el que se desata el desastre y termina con un desenlace en el que se recupera una normalidad relativa.


Me ha gustado, ha sido:

  • La riqueza en la planificación de la película: utiliza encuadres muy variados, desde los planos generales de la montaña, que muestran la inmensidad de la naturaleza, hasta los planos detalle de los ojos de un protagonista, que expresan su lucha por sobrevivir. Todo está al servicio de la historia y de transmitir el contraste entre la naturaleza y la humanidad.
  • El movimiento suave y constante de la cámara, que dinamiza la historia. Quiero destacar la secuencia de la nota en la que seguimos el papel en su recorrido por las manos de los personajes y el descubrimiento final de su contenido.
  • La pulcritud con la que planifica y muestra el hecho de comer carne humana, evitando cualquier imagen gore y dejando que el espacio fuera de campo complete las acciones referentes a la alimentación con carne humana.
  • En cuanto a la fotografía, quiero destacar la decisión de restar saturación a los colores, que suelen ser vivos en los entornos soleados y nevados. Esa acción ayuda a crear una atmósfera de realismo y melancolía. 
  • También me resulto acertado el uso de la fotografía como notario de la verdad. Hay una secuencia en la que uno de los viajeros hace las fotos del grupo en torno al avión destrozado, y el director las incorpora a la historia para hacerla más verídica. Idea se retoma en los créditos donde se intercalan, intercambian fotos de prensa de los años setenta con imágenes más actuales.
  • El sonido merece una mención aparte. Los silencios son parte significativa en el filme, sobre todo porque contrastan con las explosiones sonoras de las secuencias de acción. Y los foley, los sonidos que acompañan a la acción, el movimiento de la chapa del fuselaje del avión destrozado, las pisadas de la nieve, la tormenta de nieves. La respuesta sonora a estas y otras acciones son impactantes para el espectador.


  • Como punto negativo, creo que cuando la película se vea en la pantalla de casa, los fundidos a negro y los silencios no tendrán la intensidad emocional que tienen dentro de la sala de cine.


Después de ver la película, mi cabeza no deja de proponerme algunas reflexiones:

El cierre final, ese narrador lanzando al espectador la responsabilidad de interpretar lo que ha visto. Este cierre me recuerda las intervenciones de Chicho Ibáñez Serrador y Alfred Hitchcock en sus programas de televisión, que invitaban al espectador a reflexionar sobre el significado de las historias que les contaban.

¿Tiene esto algo que ver con los realities que proliferan en nuestras pantallas? ¿Jóvenes encerrados en un espacio natural adverso? Bueno, quizás en lo abstracto del formato, pero no en cuanto a compartir valores, esta película gana con diferencia.

¿Cómo reacciona el ser humano ante los imprevistos? La propuesta de Bayona me parece muy positiva. Ya el título lo argumenta de forma clara: La Sociedad de la Nieve, la importancia dada a la palabra sociedad, como grupo humano que trabaja en positivo. Y la película te deja con la moral alta porque has visto que en una situación de desesperación el grupo trabaja unido.

En este interesante artículo se dan detalles del trabajo técnico de la película:
'La sociedad de la nieve' por dentro: Juan Antonio Bayona desgrana los secretos de cuatro escenas de la película. Javier Zurro / Nando Ochando / Rocío Bermejo. El Diario.es.


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