El amor tiene sus espectadores y las películas bonitas y glamurosa suelen gustar al público. Éramos pocos en la sala los que pasamos el rato viendo El Misterio del Orfebre. Olga Osorio guioniza y dirige una historia algo compleja en su línea temporal por culpa a de Nietzsche y su concepto del eterno retorno. El relato explora un ciclo de amores entre mujer mayor y hombre joven y mujer joven y hombre mayor en el que no existen los finales ciertos.
Me gustó:
- El preciosismo de las imágenes: Encuadres perfectos trabajados como cuadros. La composición e iluminación de algunos primeros planos idealizan la belleza de los actores, los transmutan en símbolos icónicos del amor romántico. El responsable de fotografía es Marc Miró.
 
- La estética publicitaria: La textura de anuncio publicitario de época envuelve toda la película. Esta sensibilidad tiñe todo con un idílico romanticismo, propio del imaginario de los anuncios de televisión.
 
- El guion. La historia se atreve a desafiar los roles de género, propone alternativas a las mujeres que no tienen claro el matrimonio como objetivo prioritario. El guion describe tiempos pasados en los que las chicas eran esclavas de su entorno social, con un futuro de reducido a cocinar y coser dentro de su hogar. Y lo contrasta con una mirada que busca romper esas cadenas.
 
- El diseño de vestuario: Alberto Valcárcel, diseña trajes y accesorios que visten la historia con elegancia y precisión. Cada prenda completa y enriquece la película.
 
No me ha gustado:
- La dirección actoral: Una cierta rigidez atenaza a los intérpretes. La falta de naturalidad, aunque sutil, resta credibilidad al conjunto. Los actores parecen moverse con cierta contención, como si estuvieran encorsetados por la propia estética de la película.
 
- El exceso de preciosismo: La belleza, en ocasiones, se torna un poco exagerada, ralentizando el ritmo y diluyendo la fuerza de la trama. Este refinamiento estético puede hacer que la historia pierda credibilidad. A mí, como espectador, me alejó en algunos momentos de la esencia emocional de la narración.
 
Me llamó la atención lo mucho que se fuma en pantalla, se echa más humo que en las películas de José Luis Garci. Por cierto, no sabría explicar por qué en algunas secuencias me recordaban al ritmo de los últimos filmes de Garci. Aunque, si lo pienso, las escenas de las películas Asturias tienen gran detalle en su vestuario y producción, y eso se asemeja a la estética de esta historia.
El "Misterio del Orfebre" es una obra de factura impecable, un testimonio de la madurez de nuestra industria cinematográfica. Sin embargo, es importante que el sector empresarial mejore las condiciones laborales y los salarios de aquellos que trabajan tras bambalinas, porque ellos los artífices de estas obras.
El visionado del este secreto puede ser un sólido defensor del empoderamiento de la mujer, como cualquier manifestación cercana al 8 de marzo.
Para completar:
- La directora:
 - "Hacer una película tiene mucho de trabajo de orfebrería. Desde armar el guion hasta el proceso de postproducción, que consiste en pulir y sacar brillo (o esa es siempre la intención) a todo el trabajo previo. Como directora, me gusta llevar el rodaje lo más preparado posible —los que me seguís desde hace tiempo ya lo sabéis—, porque creo que cuanto más preparado llegue uno al rodaje, más espacio queda para pulir y afinar. Sé que a muchos os gustan estas cosas, así que aquí os dejo las versiones de story de dos planos que salen en el tráiler de El secreto del orfebre, que podéis ver estos días en cines. Sin temor a equivocarme".
 
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