El blanco y negro español tiene cosas buenas. Ayer me entretuve con la película de La2 Crimen de doble filo, de José Luis Borau, en el programa Historia de Nuestro Cine. Y recordé con nostalgia aquel programa que esta misma cadena emitió en 1996: "QUÉ GRANDE ES EL CINE ESPAÑOL".
La historia es una película de suspense localizada en el centro de Madrid. El protagonista un hombre simple y sin pretensiones que se ve sorprendido por un asesinato en el taller que ocupa los bajos del edificio donde vive.
Me llamó la atención lo siguiente:
- Los créditos daban pistas de los profesionales que trabajaron en esta película. Me llamó la atención el equipo de fotografía comandado por Enrique Torán y como operadores de cámara: Luis Cuadrado y Teo Escamilla.
- Los actores trabajan muy bien, viendo la película queda demostrado que la historia del cine español tiene unos secundarios excelentes.
- Los exteriores que la película muestra de Madrid permiten reconocer como era esta ciudad en los años sesenta. La sala Eslava, el paseo del Prado, La chocolatería San Gines y varias calles del centro.
- El atrezo. El personaje inglés tenía en el cuarto de la pensión una foto del Guernica de Picasso, un cartel de un homenaje a Antonio Machado y entre sus libros, encima de la mesa uno sobre el director Alfred Hitchcock.
Aunque la presentación del programa es ramplona y simple. El calor y la cadena pública me han permitido olvidar "los tronos", "los narcos", "las rectificaciones" y tantas "otras actualidades" para disfrutar de crímenes con sabor añejo.
Por cierto, el cine español no ha envejecido tan mal.
Por cierto, el cine español no ha envejecido tan mal.
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