5 de mayo de 2013

Luz difusa sobre fondo negro

En la lectura serena y tranquila de la prensa una mañana de domingo me sorprendo con este nuevo formato de programa de televisión: Blackman.


Thomas Blachman buscando ubicación erótica del cuerpo femenino junto con el diseñador y multi-artista Henrik Vibskov. Es el rostro de una anciana.


El programa está producido por Nordisk film TV para una televisión pública danesa. El presentador e ideólogo es el músico Thomas Blachman que ha trabajado en el X Factor Danés.


La puesta en escena es sencilla: una luz suave en un fondo negro donde se encuentra un sofá marrón de dos plazas. En él se sientan dos hombres que observan la llegada de una mujer con bata negra que se desnuda. Comentan el aspecto físico del cuerpo femenino durante más de veinte minutos y se retiran.
Iluminado con una luz suave que tiene origen en una gran caja de luz difusa suspendida del techo.
La realización combina planos generales del espacio con planos contraplanos de miradas de los dos hombre y detalles del cuerpo de la mujer. Con una cámara situada en el eje de las miradas justo detrás del cuerpo de la mujer. Esta cámara se desplaza a un lado y a otro del eje de miradas.

Uno siente desconcierto con estos programas. Tan pronto se acuerda de las reflexiones sobre la mirada de la facultad como de las zafias conversaciones de bareto de adolescentes. Lo que queda claro: que levanta polémica y que es barato y que la relación calidad-precio es muy buena, que es muy rentable. 
La pregunta es: ¿debe una televisión pública invertir el dinero de los ciudadanos en esto?

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