Hay días en los que el paso del tiempo real se muestra claro e inevitable. Tan inevitable que nos conviene refugiarnos en las historias, en el cine; donde el tiempo se esconde, sin asustarnos, en los pliegues de la narración.
Una de las figuras narrativas más significativas del cine es la elipsis.
En lenguaje cinematográfico, una elipsis es un salto en el tiempo o en el espacio. El espectador no pierde la continuidad de la secuencia aunque se han eliminado los pasos intermedios.
A un click tienes saltos en el tiempo construidos para mirar desde fuera, desde una butaca:
- Up: una vida de amor entre Carl y Ellie contada en unos minutos.
- 2001: miles de años de evolución en un corte.
- El sur: la adolescencia se disuelve en un encadenado.
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