10 de enero de 2009

UN OFICIO PARA DESMENTIR EL INFIERNO

Hace días que vi Gomorra esa película italiana que parece un documental sobre la mafia. Su realización nos propone un punto de vista distante, nos sitúa como espectadores lejanos, lo que también hace su iluminación, realista dominada por tonos fríos y grises. Cuando salí del cine comentamos un poco la película y no supimos situar el final de aquel diseñador que conduce un camión no se sabe con qué destino.
Hoy
he leído la visión de Muñoz Molina en el que anota algunas opiniones sobre su visionado de la película. La que me ha llamado la atención, y que he compartido nada más leerla, ha sido la que propone que el diseñador-sastre se salva porque tiene un oficio.
Y barriendo para casa lo he relacionado con lo importante que es la Formación Profesional para que muchos jóvenes aprendan un oficio y puedan tener la recompensa de "desmentir el infierno".
Este es el final del artículo Haciendo su oficio:
Lo que salva a este hombre es que tiene un oficio. Aprendiéndolo tuvo que aprender también a modelar su vida con disciplina y paciencia y a ir obteniendo las recompensas graduales que depara una destreza. Otros usan sus manos para manejar armas o fajos obscenos de dinero negro, para apretar compulsivamente los botones de un videojuego, para gesticular con vanos ademanes o amenazar o golpear: en las suyas está el talento de reconocer la calidad de un tejido y de averiguar con el tacto el secreto de su confección. Porque tiene un oficio este hombre conoce la absolución de volver a casa fatigado y en paz y de tenderse junto a su mujer y su hijo pequeño en la penumbra acogedora del dormitorio. Haciendo lo que sabe hacer se gana la vida, pero el trabajo hecho con atención y entrega es en sí mismo una recompensa; también una forma de desmentir el infierno

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