11 de febrero de 2008

DAR LA CARA, ROY SNEIDER.

Su rostro llenaba la sala oscura de aquel colegio de Francos Rodríguez, veíamos Tiburón en la pantalla una tarde de verano y alguien nos explicaba algunos conceptos básicos (la escalas de planos, lo que era un trávelling, la música, los efectos, lo que pasaba encima del agua y como sonaban las cosas bajo el agua). Desde esos días al ver las películas en los cines de Bravo Murillo disfrutaba de algo más que la historia. Me comenzó a interesar la forma de contar las historias propias del cine.
En aquellos años también ponían en el cine Empieza el espectáculo película que no me gustó, salí del cine desconcertado y desorientado. Años más tarde me enseñaron a apreciar la danza, la película, para mí, tomó el nombre de All That Jazz, y con la mirada de este coreógrafo de ficción disfruté de esta película y amé el baile.
Sí, ya sé que Spielberg y Fosse estaban detrás de todo, pero era él el que daba la cara.

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