2 de octubre de 2024

Megapolis, el coraje de un director.


Un rato curioso con Coppola. Megalopolis ha mantenido mi culo inquieto en la butaca durante la proyección. La historia de unos personajes que buscan su lugar en una familia que gobierna en la gran ciudad es un poco inquietante.
La búsqueda del amor en el caos y la concreción de ese amor en un hijo y nieto se presenta como una tarea compleja. La continua reflexión sobre el tiempo da al film un toque filosófico. 
Coppola no engaña; nos propone meditaciones muy humanas envueltas en formas barrocas.

Me ha sorprendido:

  • La reflexión sobre el paso del tiempo. Subrayada con el congelado de la imagen, lo que detiene la lectura lineal de la historia. 
  • La decisión de Coppola de congelar la imagen en determinados momentos a mí me ha gustado. Si bien esta técnica crea cierta distancia entre el espectador y la acción, dificultando la identificación con los protagonistas, la considero un recurso interesante.
  • El uso de la multipantalla en algunas secuencias. El recurso es un poco experimental y tiene sus efectos narrativos. Aunque refuerza el sentido de distanciamiento del espectador respecto al devenir de la historia, me parece un acierto por parte del director.
  • El cálido dorado con que ilumina Mihai Malaimare Jr  muchas de las secuencias, recuerdan a mi imaginario de la república de Roma.


Me ha gustado el desparpajo de este productor-director, su coraje creativo, un artista que con su dinero hace lo que quiere, guste o no guste. Su ego y su economía le permiten jugar esas cartas. Ya lo hizo en muchas de sus anteriores películas, como en Corazonada, donde utilizó las propuestas de la nueva tecnología de entonces (el vídeo y la mesa de mezclas de luces) para contar una romántica historia de desencuentro amoroso. En Megalopolis filmó con las tecnologías digitales más avanzadas,  originalmente con tecnología OSVP en Prysm Stage, Trilith Studios.

Cuando el director dice: "Estamos haciendo este experimento y no nos interesa cómo resulta. Nos interesa el proceso de hacerlo", y pone su dinero, el experimento está justificado. Me parece que los críticos más feroces calificando su trabajo de "megalomanía" no hacen más que confrontar su propio "yo" de opinador con el "yo" de Coppola

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