En el cine hay pocos espectadores, la sala parece vacía. Pero no importa, como hay muchas copias y muchas salas, la taquilla da dinero (primer fin de semana con 699.232 euros, un arranque moderado que no alcanza las expectativas de una marca). Karate Kid: Legends es una película de artes marciales dirigida por Jonathan Entwistle demuestra que la franquicia sigue funcionando. Los espectadores, con palomitas y refrescos, solo les faltaba la pizza para completar sinergias con las comidas y bebidas que se proponían en la pantalla. Karate Kid: Legends, escrita por Rob Lieber y Robert Mark Kamen no innova en el contenido, es una más de la saga y a pesar de su predictibilidad no me aburrió.
Me gusto:
- La fotografía. La luz cálida de toda la película, un tono naranja que le va bien a la propuesta previsible y emotiva de la historia. No solo acompaña la historia, sino que también envuelve la trama en un halo de confort. Justin Brown es el responsable de la fotografía.
Esto, explica Brown, se debe a la influencia de los estilos visuales de las películas que él y Entwistle vieron de pequeños en los 90: «La riqueza de la imagen, los negros cinematográficos, los coloridos tonos de piel y las altas luces con efecto bokeh».
- El ritmo y las coreografías de las peleas creadas por Jackie Chan, las referencias a las películas de género. En varias escenas, conserva muchas técnicas características de Jackie Chan.
Brown afirma que la influencia de la estrella de Hong Kong fue “importante”, tanto en la coreografía de la lucha como en el tono cómico de algunos movimientos. Todo esto ha dado lugar a emocionantes escenas de lucha, con la sincronización cómica de Jackie Chan, que llevan a Karate Kid: Leyendas hasta su esperado final optimista.
- Las cortinillas, las transiciones de escena, realizadas con barras laterales y horizontales sobre planos generales de la gran ciudad, parece un recurso ochentero pero no molesta.
- Los títulos sobreimpresionados de los combates, que evocan la estética de la televisión deportiva y las redes sociales. Le dan un carácter actual a la historia
Lo que yo no me explico bien.
La previsibilidad de la historia puede ser un acierto o una debilidad. Todo transcurre por caminos conocidos: los maestros, la madre preocupada, el amor adolescente, los malos violentos, el duro entrenamientos, la gran pelea y el triunfo final. Es la misma estructura narrativa que las de toda la franquicia (el buen maestro enseña defensa, el mal maestro enseña ataque).
Es algo que ya sabía, predecible, pero yo transité por la historia sin problemas, como cuando recorro la feria en las fiestas de mi pueblo. Donde cada año todas las casetas y las atracciones, están en su sitio y ofrecen las mismas propuestas: reencuentro social, refrescos, cerveza, comida barata, y atracciones conocidas. Yo no lo paso mal dando un paseo por la feria, siempre que sea solo una, todos los días el recorrido cansa, y se hace tedioso. Todas las veces la misma película, si se repite en exceso, puede cansar.
- Por si alguien quiere ver el combate final: Combate Final Li Fong contra Conor Day - KARATE KID: LEYENDAS Clip
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