2 de septiembre de 2016

Yo no veo la televisión, generalista.



Hace años las personas veían más la televisión porque no había alternativa. Hoy, en un hogar español cualquiera, no se miran las cadenas de televisión generalistas. La televisión ya no es un lugar público, un electrodoméstico entorno al que los ciudadanos se reúnen y ven las mismas imágenes. La capacidad que tenía el medio de centrar la atención sobre lo visto en su pantalla no existe. Ya no es el epicentro de en las conversaciones de bar. 
Las cadenas de televisión en abierto se han transformado en un medio secundario, como la radio, cada vez más ancladas en la transmisión de eventos en vivo que es lo único que atrae grandes audiencias (fútbol y olimpiadas). 

La gente está consumiendo cada vez menos horas de televisión (broadcast) en todo el mundo. Las alternativas al consumo de televisión son: YouTube, Facebook, Netflix y otros servicios en la red. La distribución de imágenes por internet ha hecho añicos el modelo tradicional de ver la televisión. Las comunidades globales dominan los intercambios de información entre los ciudadanos. 
La comunicación audiovisual es ahora más personal. Audio y vídeo son utilizado como forma habitual para la comunicación personal. El porcentaje de contenidos amateur supera o completa de algún modo la atmósfera profesional. La cantidad de imágenes distribuidas por aficionados es tan grande que cada vez se devalúa más el contenido profesional. 

El modo de producir imágenes ha cambiado; los medios técnicos se han democratizado, los equipos son baratos, el coste de las copias y la distribución de contenidos en forma de bits es próximo a cero.  Cada vez hay más personas creando contenidos y, muchos de ellos, no lo hacen a cambio de dinero, sino de otros incentivos, como la reputación o el simple entretenimiento. 
El descenso del coste y la facilidad de crear microaudiencias reducirá ostensiblemente el número de contenidos de calidad y coste altos. Los modelos de negocio ha cambiado. 
Los contenidos se financian con una, dos o tres fuentes de financiación. 

Me pregunto si tenemos que reescribir lo que queremos enseñar en las aulas. Ya no sirve aprender los modelos caducos de producción y realización de una televisión que ya no se ve. Hemos pasado de las cámaras y mesas de mezclas personalizadas a las robotizadas, de las mesas de mezclas y programadas.



Algunos sitios de los que he tomado ideas:

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