3 de marzo de 2014

Salvado el falso documental sobre el 23F


Me gustó. Reconozco que la farsa solo me engañó unos minutos. Vi el programa como un ejercicio de estilo, me iba fijando en la forma, en los recursos narrativos utilizados para construir el falso documental. Me pareció un acierto la elección de la historia, el guion y la forma de contarla. Creo que el director de reparto se merece un Goya, todos los personajes encajaban en su papel, todos; la actuación de Garci me sorprendió y su guion, los comentarios cinéfilos de las secuencias reales de lo más chistoso.

Me convencí de que los profesionales de la productora El Terrat son muy buenos, que no se conforman con lo ya conquistado, aceptan retos polémicos y buscan nuevas formas de contar historias.

Las consecuencias, si las hay, del falso documental me parecen positivas. Deja clara la subjetividad que hay detrás de todo trabajo periodístico. Lo que provoca en el espectador de televisión es la necesidad de ser críticos, de dudar de todos los contadores de historias, hasta de los más sagrados.

Este documental, lleno de farsa, lleva al espectador a desconfiar de los profesionales que venden verdades absolutas, y le obliga a pensar y a ser más críticos con los mensajes de televisión.

En el programa de ayer el presentador entrevistó a un profesional del periodismo que presumía de investigar y de ser objetivo y veraz. Una oposición interesante si comparamos este programa y el de la semana pasada. La la verdad deformada frente a la verdad absoluta. Y el espectador no le queda salida tiene que dudar y decidir.

En la televisión, como en la vida, nada es verdad ni mentira, todo depende de la pantalla por la que se mira. Es un poco más cierta cuando nos deja ver quién, cómo y dónde pone la cámara. La pantalla no es objetiva, siempre es subjetiva.

 


Dos cosas sobre la realización del programa de ayer: primero la austera y significativa puesta en escena y segundo la utilización que hace de la tablet el presentador.
  • La localización de la entrevista en la sede vacía del periódico. Me parece muy acertada porque enmarca la situación emocional del director de periódico apeado de su cargo.
  • El presentador utiliza la tablet como introducción de los vídeos que ilustran el programa y como contrapunto en el debate. Es una forma inteligente de incorporar la tablet como herramienta narrativa y no como objeto decorativo.
Son formas de contar, lejos de un anodino sofá para dos, el espacio informa sobre el personaje y los documentos polémicos los tiene siempre el entrevistador al alcance de la mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario