18 de abril de 2013

Maestro de cocina


Ayer dedique parte de mi tiempo a mirar el programa Master Chef. Me gusto su forma y me dejó indiferente su fondo.

Es un formato importado, yo creo que una empresa pública debe buscar formatos propios, dedicar el presupuesto a proponer nuevos programas, arriesgar e investigar. Dedicar dinero que no tienes a comprar formatos cerrados no es la mejor forma de ayudar a una industria en crisis.

Es programa empezó en la BBC y funcionó desde 1990 hasta 2001, a partir de 2005 se renueva, se readapta el formato y surge MasterChef. Desde entonces el programa es producido por Shine TV fundada en el Reino Unido por Elisabeth Murdoch en 2001.

La realización tiene sentido. Los movimientos de cámara, los ángulos de cámara, los juegos de foco, la duración de los planos, todo sirve a la estructura narrativa propuesta. Buscando construir momentos de tensión. Y, para mi gusto con pocos de distensión.
Es mucho tiempo, cerca de dos horas, creando tensión, provocando expectación, y sin ningún descanso. Cuando no hay cortes de publicidad el espectador necesita un respiro, unos cuantos planos generales, una continuidad del propio programa, aunque sea con citas sobre él mismo. Qué bien medía los tiempos José Mota en TVE, sus autopromos, sus emplazamientos al espectador con incógnitas que se resolvían minutos más tarde o semanas más tarde.

El montaje me ha recordado a Pekín Express y cuando he dado a la tecla de internet he descubierto que comparten responsable de realización de exteriores Javier Cabezas Cordero.

La dirección Artística es de Ulia Loureiro. Recomiendo las explicaciones que da sobre la construcción del plató en el interactivo de TVE.

Un programa en el que la factura esta por encima del contenido. He visto una competición de cocineros, pero no me ha gustado la cocina. Lo que más me gusto de ayer, un concursante comiendo, disfrutando de un trozo de queso. Pero por eso por comer queso fue expulsado. 

Para comparar el programa chino.


No hay comentarios:

Publicar un comentario