Hoy al coger el periódico del montón en el quiosco he visto como se me ensuciaban las manos, he mirado la cabecera y no la he reconocido.
He insultado a todos sus gestores porque son responsables de que me sienta huérfano. He mirado al suelo, ha dado las gracias a los que han sido mis compañeros invisibles y he deseado lo mejor para los periodistas que se queda fuera.
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