En la radio dicen que Adriano Cellentano ha vuelto a la Rai. La televisión está de enhorabuena ha vuelto el espectáculo en directo, con todo el riesgo ideológico y técnico sobre el escenario. Los imprevistos saltan a la vista y forman parte del espectáculo: el texto que se olvida, la cámara que no está, el micrófono que no suena, etc.
Miro mi caja tonta y hoy la encuentro más tonta que nunca. Más hueca que nunca. El directo no existe, ha muerto. Me consuelo con esto:
No hay consuelo. Me voy al ordenador.
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