La película está realizada con una cámara inestable, siempre desequilibrada con un leve movimiento que recuerda a la cámara en mano de los reportajes. El punto de vista de la cámara, colocada a esta a la altura de los ojos de los alumnos, nos sitúa sentados en el aula y nos propone ver la clase desde dentro como si fuésemos un alumno más. La mayoría de los planos tienen referencias (hombros, caras, manos) de los alumnos lo que nos hace sentirnos más presentes en esa aula multirracial de la ciudad de París.
La película propone un reflejo de la realidad claro y nítido y se abstiene de dar soluciones mágicas, recetas que todo lo arreglan; porque, quién sabe, a lo mejor no existen.
La película me ha parecido honesta y clara como las grandes películas de Rossellini, aquel director de Te querré siempre, que escribió un libro llamado: Un Espíritu Libre No Debe Aprender Como Esclavo.
Ha terminado Gran Hermano10, un reality en el que encierran entre paredes a 20 sujetos durante 3 meses y ha sido visto por cerca de 4 millones de televidentes. Esta película propone ver como son los encierros de 20 personas durante 6 horas al día, cinco días a la semana durante 9 meses. ¿Habrá reclamado a los productores de La Clase los derechos del formato Endemol?
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