SONIDOS DEL TEATRO

Siempre he disfrutado del teatro. Algunas de mis canas me han salido pasando frió en la puerta del teatro esperando la entrada.

Ayer fui espectador de la representación de ¿Dónde estás, Ulalume, dónde estás? un homenaje a Edgar Allan Poe, escrito por Alfonso Sastre que narra los últimos días del poeta, perdido por las calles de la ciudad de Baltimore, en un viaje alucinante con la conciencia absolutamente encharcada en alcohol.

Ya se que al teatro se llega para disfrutar de los actores (excelentes por cierto), del autor (un gran texto como todos los suyos), del director (un montaje sencillo, efectivo, claro e impactante), del escenógrafo (muy acertada la idea de una barra de bar giratoria, eje de toda la representación), o de las luces, el vestuario, etc...
Yo llegue al teatro para sorprenderme con el espacio sonoro elaborado por Mariano García, lo que me permitió recorrer los distintos itinerarios, más o menos delirantes por los que nos lleva el actor Chete Lera (*) de la mano del autor, con certeza y veracidad.

Y al salir, no pude por menos de recordar aquella representación dela obra La taberna fantástica, también de Alfonso Sastre y mi memoria se lleno con el rasgado y ensordecedor sonido de aquel cierre metálico que bajaba para cerrar la taberna al finalizar la representación.