25 de junio de 2006

CON LOS ERRORES SE APRENDE.

" Al comenzar el día, la maestra de cerámica anunció que iba a dividir la clase en dos grupos: los ubicados a la izquierda del estudio, dijo, serían evaluados solamente por la cantidad de trabajo que produjeran y aquellos que estaban a la derecha solamente por la calidad.
El procedimiento fue simple: al finalizar el curso la maestra trajo las balanzas para pesar el trabajo del grupo cantidad: 50 libras de vasijas merecieron una A, 40 libras una B etc. Los que iban a ser evaluados por calidad solo tenía que entregar una vasija –eso sí perfecta- para conseguir la A.
Muy bien, al llegar la hora de calificar surgió un hecho curioso: los trabajos de más alta calidad habían sido todos producidos en el grupo cantidad. Al parecer, mientras en el grupo cantidad se la pasaron ocupadísimos produciendo pilas de trabajos – y aprendiendo de sus propios errores-, el grupo de calidad se sentó a teorizar acerca de la perfección. Al final solo pudo mostrar, además de sus esfuerzos en torno a grandiosas teorías, una pila inerte de arcilla".
Lo he leido en Radiocable por Fernando Berlín.
Procede de Ojo al texto blog de Álvaro Ramírez Ospina. Que lo ha traducido del libro Art & Fear de David Bayles y Ted Orland.

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