23 de noviembre de 2005

TRUFFAUT, SIEMPRE TRUFFAUT

Leo en EL PAIS lo siguiente:

Truffaut, el cineasta más autobiográfico de la nouvelle vague, dijo en una ocasión: "Para mí, lo más importante son las ganas de hacer algo. Lo demás no cuenta. La gramática cinematográfica es una base pero no una norma. En el fondo, todo es una cuestión de temperamento y de estilo".

Cuando me siente esta tarde ante los alumnos, reconoceré que no sé cómo se enseña esto:
"las ganas de hacer algo". Yo sólo sé enseñar gramática cinematográfica.

2 comentarios:

  1. Anónimo11/24/2005

    PL, creo que si sabes y ya lo has hecho.
    Anoche trabajando sobre Huston escribía:

    “…Lo hace con una capacidad de síntesis extraordinaria, dando en cuatro pinceladas una clase magistral de cómo hacer buen cine.
    Sin embargo, parece que entre líneas, y aprovechando la ocasión, da un “repaso” a todos los profesionales del sector, directores incluidos. A primera vista, y sin haber leído de este personaje nada más que estas breves páginas, me resulta bastante egocéntrico.
    El eclecticismo que declara frente a la obra mucho más personal de otros directores, como Bergman, Fellini o Buñuel, ya tiene una connotación de superioridad sobre su manera de hacer cine pese a decir que admira la obra de estos. El no cuenta sus historias, las CREA.
    Y es que parece que principalmente valora la técnica más que las ganas de contar de los demás, o incluso que el valor del propio relato en sí mismo.
    Esto por no hablar de su opinión sobre los que empiezan. No deja en muy buen lugar a los directores noveles. Desprecia su relación y confianza en los camarógrafos que más que darles buenos consejos, les pueden equivocar.
    Se declara una persona eminentemente polifacética, abundando en lo ecléctico de su carácter. Realmente lo fue, pero también deja el mensaje de lo positivo de esta cualidad, más aun en lo que respecta al lenguaje audio visual, en que sirviéndose de retazos de realidad se compone una obra que sea capaz de trasmitirla en su totalidad.
    También resalta lo positivo de esta cualidad en los buenos cámaras. Parece decir:
    En cuanto a estos: son buenos técnicos, pero si les promocionamos a operadores, se creen artistas y lo estropean todo por que quieren crear y participar en la historia…”

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  2. Si es muy egocéntrico. Pero como todos los que creen en si mimos acaba haciendo escuela. Para contar experiencias vitales tan personales, se necesita ser un poco engreído. Y sí, luego estas historias acaban siendo reflejo de lo que les pasa a los demás mortales, es reconocido por todos y si no es marginado y abandonado.

    Creo que si respeta a los directores clásicos.
    Y las apreciaciones sobre los directores noveles son ciertas. Si aparece un operador experimentado les acojona y hace con ellos lo que quiere.

    Los cámaras cuando suben de escalafón son como todos los profesionales, si quieres criticarles, lo haces (de forma elemental como J.Huston) diciendo que solo se preocupan de lo suyo (la luz) y que para ellos no existe nada más. Pero como todas las generalidades son un poco falsas.

    La apreciación que haces es cierta a quien más le molesta un artista es a otro artista, porque los dos suelen tener personalidades muy fuertes. Pero si no tienes una personalidad fuerte no puedes ser artista.

    Un poco de filosofía. Preguntas sin respuesta.

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