Me gustó este cine intelectualoide. Había alguna gente en la sala, me sorprendió que éramos varios solitarios los que ocupábamos las butacas, el resto, parejas y ningún grupo de más de tres personas.
La historia narra la rutina diaria que vive Hirayama un limpiador de baños públicos que vive en Tokio. Hay que reconocer que Wim Wenders es un gran creador, porque le encargaron un vídeo industrial sobre los diseños arquitectónicos de los baños públicos de Tokio y consiguió que le pagaran una película que gano un Óscar.
Lo que me llamó la atención.
- El guion porque no tiene giros significativos. Es una narración descriptiva que propone un continuo de situaciones que pueden ser alteradas en la línea narrativa y no alterar el significado final. El giro de guion principal ocurre en un pasado anterior a la película. Se deja que el espectador construya el viaje del personaje principal desde el privilegio a una vida serena y orientada al servicio. La historia me recuerda al superventas libro de autoayuda El Monje Que Vendió Su Ferrari de Robin Sharma.
- La banda sonora me conectó con las emociones del protagonista. La excelente selección musical realizada por el director y su coguionista (Takasaki) incluye canciones como Perfect Day de Lou Reed y Feeling Good de Nina Simone. Estas músicas y sus letras que nos llevan de la mano por las vivencias y sentimientos de Hirayama. Aquí está muy bien explicada la banda sonora: Disquero | Wim Wenders, Perfect Days.
- Los objetos, como la cámara analógica de fotos y el casete, son portadores de emociones y vivencias personalizadas en esta historia. Pero que abandonados en un rincón, serían mecanismos muertos. El protagonista es un guardián de los parques, que captura su belleza a través de las fotos realizadas con una cámara analógica. La fotografía simboliza para Hiyama un acto de gratitud hacia la naturaleza y la luz, reflejando su aprecio por la simplicidad y la belleza que lo rodea.
- La luz del sol actúa como una vitamina para generar optimismo. Esa luz que penetra entre las ventanas, entre los árboles y que ciega por momentos al espectador, insuflando optimismo en la oscura sala de cine. Director de fotografía Franz Lustig.
- Vivir como un Monje de Luz: A través de su transformación, Hiyama adopta una existencia de gratitud, servicio y reverencia por la naturaleza similar a la de un monje, encarnando la idea de vivir en armonía con uno mismo y el medio ambiente.
- El actor, Koji Yakusho, y su mirada serena, que hacen profundo al personaje. Y ese primer plano final que está lleno de expresiones y emociones, de gratitud y alegría.
- La planificación de cámara, con sus encuadres clásicos, equilibrados, perfectos, dan serenidad al cuento cinematográfico.
En el universo cinematográfico de Wim Wenders, las ciudades no son meros escenarios, sino personajes con vida propia. Lo fueron Lisboa y Berlín, y ahora lo es Tokio. Estas metrópolis, con historias y emociones grabadas en sus calles, se convierten en protagonistas silenciosas de “Lisbon Story” y “El Cielo sobre Berlín”, y ahora Tokio en “Perfect Days”.
Para conocer un poco más de la película:
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