21 de octubre de 2023

He revisitado mi barrio en la sala de cine.

Sentado en mi butaca, he recordado, de forma onírica, mi antiguo barrio: Sus casas, sus descampados y sus rincones de ocio. Y como no, sus bares y sus tiendas.

Canallas, Chavalas, Chinas, tres películas de barrio. Tres historias en las que sus grupos protagonistas habitan lugares que identifico como propios. Espacios que, en mi imaginario, se conjugan con acierto y maestría con los que yo habité años atrás. Orcasitas, Usera, Cornellà y Tetuán son en mi cabeza los barrios de los vecinos, de sus ilusiones, de sus sueños y de sus realidades.

Los colectivos que se muestran en estas historias, son viejos conocidos:

  • Los colegas de barriada de toda la vida, que proponen insolventes negocios, recorren calles de Orcasitas, viven en casas de menos de 70 metros cuadrados, son antihéroes de barrio.
  • La familia emigrante, con tienda 24 horas, angustiada por sus deudas; y sus niñas y adolescentes buscando su sitio en el barrio, para las que la escuela no es suficiente.
  • Las chavalas tomando cerveza (la marca de mi barrio era otra) en la puerta del bar, socializando desencuentros.

La gramática de los títulos de estas películas, la utilización de los sustantivos genéricos, anuncian atmósfera de barriada, señalan directamente a un colectivo. Las palabras de cabecera dotan de personalidad al grupo, crean imágenes abstractas de sus vivencias y proponen una cierta cohesión entre sus componentes.

Me llama la atención la pulcritud de la tipografía de sus carteles, limpia y honesta. Sus vértices claros, sin concesiones barrocas. Las letras ya nos hablan de humanidad y de los personajes que habitan el guion.



Los protagonistas de la historia son los seres humanos con sus emociones, en todas estas historias se hace referencia a un entorno geográfico concreto, pero el mapa no deja de ser un mero continente. Nótese la diferencia con el nombre de una serie de éxito como Entrevías, en la que el mapa geográfico precede al contenido.

Me pregunto ¿Hay una diferencia en el trato de los personajes, según el título? Creo que sí. Los personajes de las tres películas son más colectivos, están arraigados emocionalmente entre ellos. Por el contrario, los personajes en la serie son más estereotipados y podrían encontrarse a un entorno geográfico equivalente. Los personajes colectivos que protagonizan estas tres películas son una parte intrínseca de la comunidad que habitan, lo que añade una capa adicional de autenticidad y profundidad a sus retratos en contraste con los personajes de la serie.

Chinas

Chavalas

Canallas

Secuencias que me han gustado. 

  • Por el trabajo con el punto de vista:
    • En "Chinas", la mirada furtiva del chaval marroquí que descubre una felación, desde la distancia. Rodada en plano General. Ese plano subraya el entorno incierto en el que está inmersa la protagonista.
    • La mirada de la protagonista de "Chavalas" descubriendo un polvo fortuito de la amiga. Las dos resueltas desde la distancia con planos generales. Este plano describe la amistad entre dos chicas, una amistad en la que no existen reproches.
  • Una característica apreciable en "Canallas" es la ausencia de chistes sexuales machistas, un enfoque que refuerza la autenticidad y la representación respetuosa de los personajes.

Aquello que no me gustó:
  • Los diálogos acelerados y, a veces, poco inteligibles de Canallas. Me distanciaron algunos momentos de la historia.
  • El personaje del fotógrafo de barrio, se me queda pobre, poco matizado.
  • La vecina, tópica, de Chinas, demasiado tope guay, muy estereotipada.

Reflexión sobre los Finales:

  • Muy cinematográfico el de Canallas, con los héroes disfrutando del sol del Mediterráneo. Reforzando un giro de guion casi perfecto.
  • El desenlace del taxi que recoge a la protagonista de "Chavalas" es, por otro lado, excesivamente optimista, lo que me resultó poco creíble. Porque anuncia un triunfo que no está muy claro.
  • En el caso de "Chinas", el final me resultó, duro, creíble y para mí, desesperanzador: la protagonista, aislada en su mundo, sonriente portando la cola del dragón chino.
Han sido tres historias que me han emocionado, me han hecho reír, pero también me han roto el corazón. Con ellas he recordado que "tú puedes abandonar el barrio, pero que el barrio nunca te abandona". El cine neorrealista vuelve.


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